Se la conoce como práctica del despertar. Es muy sencilla para realizarse autotratamientos, genera una reapertura emocional conectándonos con el corazón y abriéndonos a las emociones para liberarlas.
Sirve tanto para autotratamiento o como tratamiento para otro de forma presencial, en este último se acompaña la sesión sin intervenir, ya que es una práctica que se construye y se desarrolla desde el sonido y la vibración. Cada elemento que se utiliza en la práctica colabora en la instancia de generar un estado vibracional óptimo para despertar procesos internos en nosotros. Esta forma de trabajo genera sensaciones muy físicas, y en algunos casos estados ampliados de consciencia en forma espontánea.
La sesión es guiada a través de un audio que a veces es comprensible y a veces no, pero que trabaja desde el sonido y los armónicos produciendo mucho movimiento interno durante la práctica que nos lleva a un estado profundo de calma.
Estas sesiones podrían realizarse diariamente pero estos períodos podrían variar mucho dependiendo de cada individuo. Hay que entender que frente a los movimientos de energía, la mente precisa procesar lo que ocurre y asimilarlo. Los procesos no se deben forzar, por lo tanto cada persona regula según su necesidad de la frecuencia del trabajo.